Un quiste es un pequeño saco, con forma de balón, que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo y contiene en su interior aire, líquido o materia sólida. Normalmente los quistes son inofensivos, pero pueden extirparse quirúrgicamente si molestan o resultan incómodos.
¿Dónde se localizan los quistes?
Los quistes aparecen y se desarrollan en diversas partes internas o externas del cuerpo. Pueden localizarse en la boca alrededor de un diente en crecimiento, en la piel en torno a un folículo piloso o una glándula sudorípara, en otras glándulas, en la columna vertebral, en el hígado, en el tejido óseo, en los ovarios y en otros lugares del cuerpo.
Los quistes se forman muy a menudo cuando el líquido contenido en una glándula se bloquea en los conductos o vías de expulsión al exterior. A veces se forman porque la actividad glandular es excesiva y produce más líquido del que los tejidos pueden absorber. Otra causa es la presencia de parásitos en órganos vitales como el hígado o el cerebro.
¿Cuáles son las diferentes clases de quiste?
Los quistes se clasifican principalmente por su ubicación en el cuerpo. Algunos de los más comunes son:
– Los quistes alveolodentales, que se forman en la zona de un diente en crecimiento.
– Los quistes de Baker, que se forman en la zona de la articulación de la rodilla.
– Los quistes de chocolate, que se forman en el ovario (denominados así por el líquido de color marrón oscuro que contienen).
– Los quistes del cuerpo lúteo, cuerpo amarillo que se forma en los ovarios cuando se produce un óvulo durante el ciclo menstrual.
– Los quistes ependimarios, que se forman en el conducto central de la médula espinal.
– Los quistes sinoviales (o gangliones), que normalmente se producen alrededor de los tendones y las articulaciones.
– Los quistes lácticos, que se forman en los pechos.
– Los quistes sebáceos, que se forman bajo la piel como resultado de la obstrucción de los conductos sebáceos.
– Los quistes óseos solitarios, que se forman en los huesos de niños y adultos.
– Los lobanillos (quistes sebáceos de la cabeza).
Tratamiento
La mayoría de los quistes no necesitan tratamiento. Si se vuelven dolorosos, o si surgen en partes visibles del cuerpo, como en la mano o alrededor de las orejas, el médico puede extirparlos. Los quistes se pueden extraer mediante punción y succión del líquido con una aguja y una jeringuilla o mediante cirugía.
La cirugía es más eficaz porque los quistes eliminados con el primer método tienden a reproducirse. A veces los quistes desaparecen por sí solos.